Hace poco hablamos del enorme espacio desaprovechado que suponen las azoteas de los edificios. Como lo prometido es deuda, volvemos para seguir hablando del tema. Esta vez para mostraros algunos ejemplos de una de las múltiples formas de disfrutar de estos espacios: vegetación en las azoteas.
fuente: livingroofs.org |
fuente: greenvert.fr © Christine Lacaze |
En Toronto, Canadá, encontramos otro ejemplo un poco más lujoso: un huerto en el hotel Royal York Fairmont. En este caso el hotel decidió aprovechar el espacio que tienen sobre su edificio para cultivar lo que más tarde ofrecerán en su cocina. Además todo lo cultivado respeta al máximo el medio ambiente siguiendo las normas de la agricultura biológica. Para rematar la faena una colmena aporta la fauna en este mini-ecosistema (otra forma de sacarle partido a los techos de las ciudades de la que ya hablamos en Las centinelas del medio ambiente).
fuente: Goode Green |
antes y después
fuente: Goode Green |
fuente: rooftopfarms.org |
Una de las características de las azoteas es que suelen ser espacios comunitarios. Esto dificulta la tarea de la transformación en espacios verdes, sobretodo cuando se trata de terrazas inutilizadas ("mejor dejarlas como están" piensan muchos). Primero hay que convencer al resto de la comunidad y luego organizarse con todas las personas interesadas, tareas que no siempre son fáciles. Pero justamente aquí reside uno de los mayores beneficios de este tipo de aplicaciones, en el tejido social creado o mejorado.
En definitiva estas actuaciones tienen más ventajas que la simple utilización de un lugar desaprovechado. Actúan como aislantes térmicos de los edificios que cubren y regulan las temperaturas de las ciudades al aumentar las zonas verdes, ideal para ciudades de temperaturas elevadas como las de España (y gracias a la arquitectura de los '70 tenemos azoteas para aburrir).
Dentro de poco vendremos con más actuaciones en azoteas...