La escala siempre ha sido fácil de entender para los más pequeños. Son capaces de pasar de una a otra sin problema y construir en el interior de una sala de adultos una casa con jardín para los Playmobil, muñecos de 7.5 cm de altura.
Aún es más curioso cuando mezclan muñecos de diferentes magnitudes y los hacen convivir a todos juntos, en un mismo espacio, compartiendo las mismas cosas y consiguiendo que se perciba como que todos están en su escala adecuada. El realizar un taller en el que tenga que reproducir sus ámbitos de vida, como el colegio, su vivienda, la consulta del médico o un parque con columpios incluidos, les hace pensar sobre las diferentes medidas, sobre los diferentes espacios y sobre la secuencia de escenarios y diferentes paisajes que suceden cuando se realiza una acción. A unos niños les cuesta más y a otros menos, y otros le ponen su fantástico punto de imaginación. Pero el cambio de escala siempre ha sido fácil de entender para los más pequeños... Puede que porque ellos mismo viven a una escala distinta de los adultos y den por hecho que, igual que hay dos escalas, puede haber muchas más.