Las ventajas de la
vegetación en espacios urbanos son múltiples, incluidas la mejora estética del
lugar y psicológica de las personas, y el aumento de la calidad del aire. Otra
es la variación que pueden ejercer los árboles en las condiciones climáticas:
la temperatura bajo sus copas puede descender entre 2 y 6 grados dependiendo de la
especie, ejercen de pantallas para vientos y, si es de hoja caduca, en invierno
pasarán los rayos del sol y en verano dará sombra. Las especies menores, como
arbustos o tapizantes, también colaboran con esta variación regulando
condiciones de humedad. En los espacios urbanos se producen microclimas y con
los elementos adecuados se puede ayudar a crear un confort climático idóneo.
Mejoras sostenibles
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Inconvenientes
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Ayudan a eliminar el CO2 de la
atmósfera
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Esfuerzo extra
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Absorben el polvo y partículas en
suspensión
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Inversión inicial
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Mejoran la calidad del aire
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Posibles pantallas visuales
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Elevan el contenido de oxígeno
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Posibles barreras arquitectónicas
(alcorques)
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Mejora de la calidad espacial
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Si la situación es errónea puede crear
molestias
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Si la especie es errónea puede crear
incomodidad
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Mejoras de la calidad de vida de las personas
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Estética y espacios más agradables
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Atmósfera menos contaminada y más limpia
(salud)
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Espacios más agradables térmicamente
(control de temperatura)
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Criterios
- Definir la función que debe ejercer cada árbol: dar sombra, ejercer de pantalla a los vientos, mejorar la calidad del aire y disminuir la contaminación…
- Elegir su especie conforme a la función y al clima, dominando las autóctonas.
- Evitar en cualquier caso que formen una pantalla visual que pueda provocar peligro o inseguridad.
- Evitar que estén situados demasiado cerca de fachadas, y a la suficiente distancia como para que no molesten a los vecinos de las primeras plantas.
- Evitar que los alcorques sean un peligro para los peatones cubriéndolos y nivelándolos con las aceras en caso que fuera necesario.