heer [o cuando la lactancia se convierte en una prioridad para el diseño]

El mobiliario urbano, para bien o para mal, define nuestras ciudades, nuestros espacios públicos, el paisaje urbano (cityscape) y donde acontece la vida de los ciudadanos. No sólo se trata de estética, también de utilidad, practicidad y de dar respuesta a las necesidades de las personas. En la feria 100% Design 2018 de Londres pudimos conocer Heer, este banco diseñado con una vuelta de tuerca.



"La idea de heer nos vino por primera vez cuando fuimos testigos de que una madre estaba siendo avergonzada en un espacio público. Pensamos que la solución debía estar en el diseño" Ivana Press de 52Hours. Su socio y director creativo, Filip Vasic, unió fuerzas con Nikola Knezevic. Según ellos es el primer banco para la lactancia, y seguramente tengan razón. 

Podríamos hablar de tendencia o de novedad, pero la lactancia materna ni es novedad ni debería ser tendencia o dejar de serlo. Pocas cosas hay tan normales y naturales como ésta. Lo que si que es una novedad es que mobiliario público esté diseñado teniéndola en cuenta. En la última década hemos podido ver como cada vez en más sitios, espacios públicos (normalmente centros comerciales), tienen una zona destinada a la lactancia. Normalmente un espacio cerrado apartado del resto, junto a los cambiadores de bebes. También es cada vez más habitual ver a madres dando el pecho en público.

Aparte de la mecedora o de los sillones de lactancia no se me ocurre otro mueble que sirva específicamente para ello. Por eso es tan novedoso este banco. Práctico o no, no puedo decirlo, pero el simple hecho de que se haya diseñado un espacio como parte del banco para dar de comer al bebé con un mínimo de intimidad me parece digno de mención. Digno de mención por la idea porque hay veces que no es la madre la que necesita de ese espacio y esa tranquilidad, sino el bebé, y hay otras veces que lo que necesitas es que la gente no te miré con curiosidad para asegurarse que estás dando el pecho. Por otro lado es digno de mención por el pensar en que la lactancia no debe estar relegada a espacios cerrados, porque normalmente la persona que esté dando de comer al bebé (ya sea el pecho o biberón) tiene más vida que el bebé, más hijos, su pareja, amigos, familia, y no es raro que vaya acompañado por más gente, por lo que esto facilita el tener un poco de intimidad mientras sigues con tu vida social o familiar, y alguien más te acompaña.

Sin duda me ha interesado más el concepto social y personal de esta idea de banco, y su potencial para transformar la actividad en los espacios públicos, que su diseño y estética. Sin embargo, aun siendo consciente de que el color rosa ligado a la maternidad tendrá bastante retractores, se trata de un diseño elegante y delicado a partes iguales, y bastante polivalente teniendo en cuenta que es un elemento que dependiendo del contexto se puede convertir fácilmente en el centro de interés, o  mimetizarse con su entorno.

Diseñado y testado, permite que las madres puedan tener una postura cómoda, así como el hecho de que se gire y si incline sin esfuerzo facilita los movimientos al acunar al bebé, e interactuar con más gente. Y entre el banco y el asiento para lactancia existe un eje para doblarlo y ajustarlo a cualquier espacio. Si bien es cierto que según sus autores puede ser también para exterior, parece más destinados a espacios interiores. El que cambien las dinámicas al respecto y la visión cultural de este tema en los espacios públicos el tiempo dirá, pero en un principio el hecho de que exista la opción de incorporar mobiliario para hacer más fácil ese momento ya es un avance.


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