Cualquier persona que viaje a Londres con niños habrá algo que le llame la atención. En realidad habrá muchas cosas, pero una de ellas será que los niños campan a sus anchas con el patinete [o scooter] por las aceras de esta ciudad. En España fue una moda pasajera hará más o menos una década, donde se podía ver desde niños hasta ejecutivos utilizándolo más como hobby que como transporte real. Hoy en día en la capital inglesa no sólo es de lo más habitual verlo, sino que está asumido como un transporte más.
Aunque es cierto que se pueden ver a personas adultas yendo a trabajar en él, el porcentaje no alcanza al de algunas ciudades de Francia como Lyon y, en Londres, la mayor parte de los que lo utilizan son niños o sus padres cuando les acompañan. Por ahora van por la acera, como un peatón más. Esto para algunos será un problema, pero teniendo en cuenta que en su mayoría son niños que van a la guardería parece obvio que así sea.
El hecho de ser un transporte divertido, aderezado con los complementos existentes en el mercado como cabezas de animales para incorporarlas al patinete o cascos especiales, hace que a los niños les encante.
El hecho de que en Londres los conductores sean tan respetuosos con los peatones, especialmente cuando hay niños de por medio, hace que sea un medio de transporte seguro. Quizás también tenga que ver que en la mayoría de colegios salgan desde pequeños a la calle y les enseñen educación vial.
Pasar por delante de una guardería justo a la salida deja claro que el porcentaje de niños que van con patinete respecto a los que van andando o en coche es bastante alto [haciendo un estudio meramente visual]. Esta conclusión, que parece de los más inocente hablando de guarderías, niños y patinetes, teniendo en cuenta que en España el recorrido de casa al colegio es uno de los que más se realiza en coche, puede ser bastante reveladora sobre la solución para disminuir uno de los principales aportes de contaminación.
También podemos ver que muchos de los padres llevan su propio patinete para acompañar a sus hijos, y queda la imagen de mama pata y sus patitos cada uno con su patinete en fila. Incluso hay un modelo en el que puede ir un adulto y un niño. El hecho de que los niños vean que las personas adultas también lo usan hace que para ellos deje de ser un mero transporte infantil relacionado con el juego para convertirse en un transporte real.
Hace un tiempo publicamos un experimento que hicimos con modos de transporte activos [sin motor], en él utilizábamos tres de estos transportes [andando, bicicleta y patinete] para realizar un mismo recorrido. Ganó el patinete en tiempo, por encima de la bicicleta. Visto que las modas van y vuelven y que Londres es un caldo de cultivo de tendencias, quizás sea el momento de que lo volvamos a ver por las calles de las ciudades españolas.
