"Hablar del buen comportamiento humano en relación con el espacio urbano no es una práctica muy habitual, prácticamente inexistente cuando se habla de cómo afecta al urbanismo sostenible, e inexistente del todo en España. En mi Tesis Doctoral la principal conclusión que se obtuvo, investigación y encuesta mediante, fue que la civilidad de las personas afectaba de forma muy positiva a la sostenibilidad urbana y que era un indicador, ausente hasta ahora, a tener muy en cuenta, ya que se podían obtener resultados imposibles de conseguir por otro medio, incluso conseguía modificar otros indicadores… Como no hay nada mejor que poner ejemplos para entenderlo, he aquí unos cuantos."
La civilidad relacionada con el urbanismo sostenible fue un descubrimiento fruto de mi Tesis Doctoral. Increíblemente tienen mucho más que ver entre ellas de lo que pudiese pensar en un primer momento y, una vez más, invertir en educación [y no solo entendida como educación académica] puede ahorrar muchos futuros problemas. Así que éste fue el tema que trataba en mi sección +S Tendencias en uno de los últimos números de la revista Ciudad Sostenible.
Si quieren saber más, pasen y vean...
Contaminación acústica
Todo el mundo piensa que su tono de voz es el adecuado hasta que cambia de lugar y se da cuenta que a la gente no se le oye chillar por la calle… Y hay que reconocer que aunque a veces el ruido es divertido en la mayoría de las ocasiones preferimos que todo esté más relajado. No sólo el tono de voz que usamos afecta a la atmósfera que se respira, también tocar el claxon del coche (moto, bicicleta…) cuando no es estrictamente necesario, acelerones, el motor... El ruido también contamina y afecta a la salud de los ciudadanos, cuanto más civilizados son los habitantes de una ciudad y menos ruido innecesario produzcan más felices seremos todos.
Transporte público
Decir que la actitud de la gente puede fomentar el uso del transporte público puede parecer una sandez, pero la realidad es que es una obviedad. El hecho de que las personas con las que se comparte espacio sean mínimamente educadas y respetuosas, puede hacer que sigas cogiendo el mismo transporte, así como el hecho de que sean unas groseras maleducadas puedes hacer que prefieras coger tu propio medio de transporte (por ejemplo el coche) y seguir contaminando antes de volver a compartir espacio de autobús, metro o tranvía con semejantes especímenes. Ni que decir tiene que si estás embarazada, tienes una pierna rota, eres una persona mayor o simplemente lo necesitas, se agradece que las personas sean lo suficientemente educadas como para cederte su asiento si no hay otro libre.
Accesibilidad
Sin pretender dar a entender que la civilidad sustituye a la accesibilidad, si que es cierto que ayuda a que “su falta de” no sea tanto obstáculo para personas que la necesitan. Si hay una barrera arquitectónica seguirá estando y creando dificultades a pesar de que los ciudadanos de esa ciudad sean muy cívicos y educados. Sin embargo, el hecho de que estos ciudadanos estén dispuestos a ayudar al que lo necesita para superar esta barrera y que este hecho sea algo habitual, hace que la percepción de ese espacio como un “espacio inaccesible” disminuya, por lo que será más concurrido y utilizado.
Seguridad vial
No saltarse el semáforo, respetar los pasos de cebra o no aparcar en la acera son claros ejemplos del comportamiento implícito que incorpora la civilidad y que deberían darse en cualquier ciudad mínimamente educada. Es obvio que este comportamiento ayudaría a aumentar la seguridad vial, pero también a que la gente viviese menos estresada a la hora de salir a pasear por su ciudad. Y esta seguridad vial no sólo afecta a los vehículos de motor, también a los vínculos peatón-ciclista y ciclista-vehículos a motor, así como a otros modos activos como el patinete.
Entornos más agradables
Aunque el nombre de este indicador puede variar, es frecuente encontrar uno relacionado con el entorno y el paisaje del espacio. Ser civilizado con el entorno no significa exclusivamente no ser vandálico y mantener el mobiliario urbano en su sitio, también es ser respetuoso con el espacio en el que se encuentra cada uno, haciendo algo tan básico como no ensuciarlo. Esto no sólo beneficia a que el entorno se conciba como más agradable, sino que también otro indicador como es el de “Costes de Mantenimiento” sea modificado, esta vez reduciéndose.
Satisfacción del ciudadano
Menor estrés provocado por el comportamiento de otros ciudadanos se convierte en ser más felices en el espacio urbano: se utilizan los espacios públicos urbanos con una actitud más tranquila y se tienen experiencias más gratas si la “convivencia” obligatoria social con personas desconocidas (pero con los que compartimos el uso de un mismo espacio) se produce de acuerdo con unas normas de educación social y de respeto. A esta experiencia se le puede añadir la de otros indicadores vistos como la “Seguridad Vial” o la disminución de “Contaminación Acústica” para aumentar la satisfacción del ciudadano.
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Para descargarlo en pdf [y leerlo mejor]:
- La civilidad y el urbanismo sostenible